Saltar al contenido

Cibersare

Las principales amenazas de ciberseguridad en 2025 (y cómo defenderse)

Las principales amenazas de ciberseguridad en 2025 (y cómo defenderse)

La ciberseguridad empresarial se ha convertido en un factor estratégico para la eficiencia de los negocios. En 2025, los ataques informáticos y las amenazas de ciberseguridad no solo son más frecuentes, sino también más sofisticados, automatizados y difíciles de detectar a tiempo. Las consecuencias ya no se limitan a interrupciones técnicas: hablamos de pérdidas económicas, daños reputacionales y, en muchos casos, incumplimientos legales.

Desde Cibersare, además de proporcionar formación en ciberseguridad, analizamos las principales amenazas de ciberseguridad de este año y, sobre todo, explicamos cómo pueden las empresas defenderse de forma efectiva mediante un enfoque práctico, escalable y alineado a los retos actuales.

Amenazas ciberseguridad, ataques informáticos 2025

1. Ransomware como servicio (RaaS): el modelo delictivo más rentable

Dentro de las amenazas de ciberseguridad, el ransomware no es nuevo, pero en 2025 ha alcanzado un nuevo nivel de peligrosidad. Ahora funciona como un modelo comercial (Ransomware-as-a-Service), donde desarrolladores ofrecen el malware a terceros a cambio de una comisión sobre los rescates obtenidos. Esta práctica ha provocado  que haya más delitos digitales.

Empresas del sector industrial, sanitario y educativo han sido especialmente afectadas por este tipo de ataques, donde se cifran los datos críticos y se exige un rescate millonario para su liberación.

Estrategias de protección:

Algunas de las estrategias de protección frente a las amenazas de ciberseguridad pueden ser las siguientes:

  • Realizar copias de seguridad frecuentes, cifradas y almacenadas fuera del entorno principal.
  • Utilizar soluciones de detección proactiva de amenazas (EDR/XDR) que analicen comportamientos anómalos.
  • Mantener los sistemas y software actualizados, incluyendo parches de seguridad al día.

2. Deepfakes y suplantación mediante IA: el fraude invisible

La inteligencia artificial generativa ha llegado también al mundo del fraude corporativo y de las amenazas de ciberseguridad. En 2025, los deepfakes (videos, audios y mensajes simulados con IA) se están utilizando para suplantar identidades de directivos, realizar transferencias no autorizadas o manipular conversaciones internas.

Este tipo de ataque es especialmente peligroso por su apariencia legítima y por el uso de canales cotidianos como videollamadas, mensajes de voz o incluso WhatsApp.

Estrategias de defensa:

  • Establecer dobles canales de verificación para solicitudes críticas (transferencias, cambios en nómina, etc.).
  • Implementar biometría, MFA y tokens de seguridad para autenticaciones sensibles.
  • Ofrecer formación periódica sobre fraudes avanzados a los equipos de dirección y finanzas.

3. Ciberataques a la cadena de suministro

En lugar de atacar directamente a grandes corporaciones, muchos ciberdelincuentes buscan vulnerar proveedores con menos recursos de seguridad. Así logran acceder a sistemas internos o manipular actualizaciones de software legítimas.

La cadena de suministro digital se ha convertido en uno de los vectores de entrada más explotados en 2025. Casos recientes han demostrado cómo una brecha en un proveedor pequeño puede generar un efecto dominó con consecuencias desfavorables para las organizaciones.

¿Cómo reducir el riesgo?

  • Realizar auditorías de ciberseguridad a todos los proveedores clave.
  • Exigir certificaciones de seguridad como ISO 27001 o cumplimiento del ENS.
  • Aplicar el modelo de Zero Trust para limitar accesos desde entornos externos.

4. Phishing automatizado y personalizado

Los ataques de phishing siguen siendo una de las técnicas más efectivas para comprometer credenciales o acceder a sistemas. Pero en 2025, la diferencia está en el uso de IA para personalizar los mensajes, adaptarlos al contexto y eliminar señales típicas de alerta (errores, traducciones pobres, lenguaje robótico…).

Estos mensajes llegan por correo electrónico, SMS, redes sociales o incluso plataformas colaborativas como Teams o Slack.

¿Cómo mitigar el impacto?

  • Implementar filtros de correo avanzados y herramientas de análisis contextual.
  • Formar a los empleados en ciberhigiene básica y detección de amenazas.
  • Realizar simulacros de phishing para identificar áreas vulnerables dentro del equipo.

5. Vulnerabilidades en dispositivos IoT

Con la creciente digitalización industrial, sanitaria y urbana, los dispositivos conectados (IoT) han crecido de forma exponencial. Desde sensores hasta cámaras, pasando por sistemas de climatización, muchos de estos dispositivos carecen de mecanismos de protección robustos.

En 2025, las amenazas de ciberseguridad y los ataques dirigidos a redes IoT están en aumento, tanto para secuestrar los dispositivos como para utilizarlos como puerta de entrada a redes más críticas.

Buenas prácticas de prevención:

  • Mantener un inventario actualizado de todos los dispositivos conectados.
  • Separar las redes IoT del resto de la infraestructura empresarial.
  • Desactivar funciones innecesarias y cambiar las contraseñas por defecto.

6. Sobrecarga de alertas: cuando el ruido impide ver el peligro

Muchas organizaciones sufren lo que se conoce como fatiga de alertas. Esto sucede cuando los equipos de ciberseguridad reciben miles de notificaciones diarias, muchas de ellas irrelevantes, lo que lleva a que amenazas reales pasen desapercibidas.

Esto suele ocurrir en entornos con muchas herramientas desconectadas, falta de priorización o ausencia de automatización.

¿Qué hacer?

  • Integrar las herramientas de seguridad en una plataforma unificada (SIEM/XDR).
  • Automatizar la respuesta a incidentes menores para liberar a los equipos.
  • Aplicar criterios de priorización por criticidad y valor del activo afectado.

¿Qué pueden hacer las empresas hoy?

Las amenazas de ciberseguridad en 2025 no pueden abordarse con enfoques reactivos ni soluciones aisladas. La clave está en construir una estrategia de protección integral que combine tecnología, procesos y formación.

Acciones prioritarias:

  • Realizar una auditoría de ciberseguridad completa con análisis de riesgos.
  • Diseñar e implementar un Plan de Continuidad de Negocio (BCP) y un Plan de Respuesta a Incidentes (IRP).
  • Sensibilizar a todo el equipo humano: la ciberseguridad empieza por las personas.
  • Contar con un partner especializado que actúe como apoyo externo y asesor estratégico.

Objetivo final: anticiparse para resistir

El panorama de ciberseguridad en 2025 exige una actitud proactiva. Las organizaciones que entienden la seguridad como una inversión —y no como un coste— están mejor preparadas para responder ante imprevistos, cumplir normativas y seguir operando sin interrupciones.

En Cibersare, ayudamos a empresas a evaluar sus vulnerabilidades, diseñar estrategias adaptadas a su realidad y reducir el impacto de los ataques informáticos. La prevención sigue siendo el mejor blindaje.

¿Quieres saber cómo está tu empresa frente a las amenazas de ciberseguridad más actuales? Contáctanos y te ayudamos a tomar el control antes de que ocurra un incidente.

Traducir